En un mundo en constante cambio y, sobre todo, en constante evolución, no son pocas las personas que se preguntan si sus puestos de trabajo peligran en un futuro próximo y si una máquina, un ordenador, un programa o una aplicación serán los encargados de sustituirlos. Los departamentos comerciales no escapan de esta pregunta.

Es precisamente por este motivo, que a menudo los departamentos comerciales ven -erróneamente- las apps para vender y las webs como amenazas de su futuro profesional. Sin embargo, queremos enviarles un mensaje de tranquilidad, ya que todos aquellos trabajos en los que se requiere creatividad, talento y capacidad comunicativa para desarrollar una tarea, la tecnología nunca va a poder sustituir al ser humano. En estos puestos de trabajo, la tecnología sólo funciona como un complemento de los trabajadores para mejorar y facilitar su experiencia laboral.

El arte de vender no es una cualidad de la que todo el mundo dispone porque requiere conocimiento, esfuerzo y mucha experiencia. La experiencia es la base del vendedor, porque cuantas más situaciones has vivido más preparado estás para un contratiempo.

Actualmente, y cada vez más, los departamentos comerciales incorporan en su día a día herramientas hechas a medida y pensadas para mejorar el proceso de venta, existen muchas apps y webs (y/o ecommerce) pensadas expresamente para incentivar las ventas pero jamás para sustituir a un comercial.

Las aplicaciones ofrecen la ayuda que la fuerza comercial necesita antes, durante y después de una visita comercial

Existen Apps que nos permiten tener reuniones en línea desde cualquier punto del planeta y poder hablar en directo con nuestro interlocutor, no olvidemos que la expresión no verbal es uno de los puntos más fuertes de una venta. Esta opción ayuda a los comerciales a contactar con el cliente sin necesidad de desplazarse, pero mostrando de forma visual su persona y articulando un buen speech, hechos vitales para cerrar una venta.

También existen apps para empresas capaces de controlar y gestionar la documentación interna, para tener presentaciones, catálogos visuales, listas de precios y todos los documentos a punto en el momento que se necesiten durante el proceso de venta. Este recurso funciona como soporte durante los discursos del vendedor aunque el protagonista siempre es el comercial.

Además de las famosas Apps CRM que nos permiten hacer una mejor gestión de la información de nuestros clientes para personalizar el discurso comercial y acercarnos más a la venta. Ayudan a los vendedores a conocer y recordar sus clientes en el caso que se tenga una cartilla de clientes muy amplia.

Cuanto más cerca estás de un cliente, conoces sus gustos, habilidades y características personales, más cerca estás de vender

Sin olvidar, al más temido E-commerce, el catálogo online para comprar mediante la web de la empresa. Por fin la fuerza comercial empieza a ver a este recurso como, lo que es, un complemento de trabajo ya que sin un buen proceso de ventas acompañado de un buen discurso no llegaríamos a la venta masiva. El ecommerce ayuda a los comerciales a atender a los clientes las 24 horas del día, los 365 días al año.

Los comerciales se ayudan de herramientas, pero sin ellos no habría venta

Si queremos despedirnos de algo podemos empezar a hacerlo de lo que entendemos como la oficina tradicional: cuatro paredes, una mesa, una silla y una foto de la familia. Actualmente los comerciales salen a buscar sus clientes, y están preparados para vender en cualquier sitio y en cualquier momento.

Para la mayoría de Directores Comerciales y CEOs, su verdadera oficina, es aquella en la que pasan la mayor parte del tiempo laboral, que actualmente es el dispositivo móvil: hemos aprendido a trabajar en los asientos del AVE, en las salas de espera del aeropuerto, el asiento trasero de un coche, el bar, por la calle, etc. Nunca sabes dónde ni cuándo puede surgir una venta y, por eso, los comerciales siempre están preparados para ello.

Por lo tanto, concluimos afirmando que los departamentos comerciales son y serán siempre imprescindibles. Vender no es un arte racional ni matemático sino que cada cliente es distinto y tiene unas necesidades concretas que sólo pueden ser cubiertas por el sexto sentido de un buen speech, y este sólo puede ser dado por un buen comercial.