«Dani Estrella – La confianza es difícil de construir pero muy fácil de romper»
En esta nueva entrega de talks2U, hablamos con Dani, Technical Account Manager en app2U y uno de los pilares del equipo desde hace más de una década. Su trayectoria lo convierte en la persona con más antigüedad de la empresa —solo por detrás del fundador— y eso se nota en su mirada, su criterio y su forma de acompañar tanto al equipo como a los clientes.
A lo largo de estos años, Dani ha asumido muchos más roles de los que indica su cargo oficial: ha liderado procesos técnicos, formado a nuevas incorporaciones, guiado a clientes en decisiones complejas y participado en la evolución estratégica de app2U. Todo ello, manteniéndose fiel a una manera de hacer basada en la calidad, la proactividad y la cercanía.
En esta conversación, repasamos su evolución dentro de la empresa, su forma de entender el rol de TAM y qué implica, para él, construir relaciones de confianza que realmente funcionan. También reflexionamos sobre los cambios del sector, el impacto real de la inteligencia artificial en el día a día de los proyectos, y cómo se puede crecer profesionalmente sin dejar de ser uno mismo
«Dani Estrella – La confianza es algo difícil de construir pero muy fácil de romper»
En esta nueva entrega de talks2U, hablamos con Dani, Technical Account Manager en app2U y uno de los pilares del equipo desde hace más de una década. Su trayectoria lo convierte en la persona con más antigüedad de la empresa —solo por detrás del fundador— y eso se nota en su mirada, su criterio y su forma de acompañar tanto al equipo como a los clientes.
A lo largo de estos años, Dani ha asumido muchos más roles de los que indica su cargo oficial: ha liderado procesos técnicos, formado a nuevas incorporaciones, guiado a clientes en decisiones complejas y participado en la evolución estratégica de app2U. Todo ello, manteniéndose fiel a una manera de hacer basada en la calidad, la proactividad y la cercanía.
En esta conversación, repasamos su evolución dentro de la empresa, su forma de entender el rol de TAM y qué implica, para él, construir relaciones de confianza que realmente funcionan. También reflexionamos sobre los cambios del sector, el impacto real de la inteligencia artificial en el día a día de los proyectos, y cómo se puede crecer profesionalmente sin dejar de ser uno mismo.
Hace diez años que formas parte de app2U. Si miras atrás, ¿qué recuerdas de aquella primera etapa y cómo era la empresa entonces?
Lo primero que me viene a la cabeza es la oficina donde empecé: una sala pequeña, cerrada y sin ventanas. En aquel momento, era un espacio suficiente para los tres que éramos. Con el tiempo, el equipo fue creciendo y también fuimos cambiando de oficina. Hasta llegar donde estamos ahora: un espacio mucho más amplio, con luz natural y bien ubicado, que refleja muy bien la evolución que hemos vivido como empresa.
Aunque muchas cosas han cambiado desde entonces —personas, proyectos, clientes—, hay algo que existía desde el principio y que se ha mantenido hasta ahora: la forma en que entendemos el trabajo. Desde el primer día hemos tenido una cultura muy clara basada en hacer las cosas bien, con calidad, con ganas de aprender constantemente y de mejorar el servicio al cliente, aunque en aquel momento no fuera estrictamente necesario. Siempre hemos intentado mantener esa mirada puesta en el futuro, buscando crecer y mejorar, sin quedarnos solo en el corto plazo.
Creo que esta manera de hacer ha sido una parte esencial del éxito de app2U y que, personalmente, la llevo en el ADN. Y si sabemos cuidarla, seguirá siendo el motor que nos hará avanzar durante muchos años más.
Con el tiempo has asumido muchas responsabilidades, más allá de tu rol actual. ¿Cómo ha evolucionado tu trayectoria dentro del equipo?
Ha sido un proceso muy natural: las responsabilidades y los roles han ido surgiendo a medida que crecíamos, al igual que mis propias habilidades. Guillem, especialmente, y el resto de compañeros me han ayudado mucho en este camino, pero el hecho de enfrentarme a retos o responsabilidades que no se habían dado antes, y que nadie había asumido todavía, hizo que el proceso de aprendizaje no fuera ni directo ni claro. He ido aprendiendo sobre la marcha, y eso también me ha dado una mayor capacidad para adaptarme y afrontar situaciones nuevas.
Con el tiempo, muchas de esas responsabilidades y habilidades que había adquirido he tenido que delegarlas y transmitirlas a otras personas. Y eso me ha permitido quedarme con aquellas tareas que realmente me interesan y en las que siento que puedo aportar más valor.
Todo este recorrido me ha llevado más allá de lo que serían responsabilidades técnicas: he acabado tratando y guiando a clientes, me he encargado de procesos de selección, he formado a nuevos compañeros y he podido acompañarlos en su desarrollo profesional. También he tenido la oportunidad de participar en decisiones estratégicas y en la definición y ejecución de objetivos importantes para la empresa.
Estoy contento con la evolución y con la mochila de conocimientos y habilidades que he adquirido. Para mí, y creo que para cualquier persona, es esencial sentir que evolucionas y mejoras con el tiempo, que no te estancas, y que tu entorno acompaña ese crecimiento.
Uno de tus roles actuales es el de Technical Account Manager, pero a menudo este título genera dudas. ¿Nos lo puedes explicar un poco mejor? ¿A qué te refieres cuando dices que haces de TAM?
Sí, es el rol que figura en el contrato, pero no es lo único que hago, jeje.
Para mí, el TAM es la persona que más influencia puede tener en el éxito de un proyecto, porque debe tener la capacidad de convertir las propuestas del cliente en soluciones funcionales. Para lograrlo, tiene que saber orientar y aportar valor con criterio, y después transmitir y guiar todo eso al equipo de desarrollo para que puedan llevarlo a cabo con éxito.
En cuanto al trato con el cliente, generar una relación de confianza es clave. Tenemos experiencia y criterio para saber, muchas veces mejor que el propio cliente, qué necesita y qué puede funcionarle. Eso implica desmontar algunas ideas y proponer otras diferentes, y ahí el éxito no está solo en tener buenas propuestas, sino en conseguir que el cliente las entienda y confíe lo suficiente como para llevarlas adelante. Esa es quizá la parte más delicada, porque cada cliente y cada proyecto son un mundo.
Con el equipo, no se trata solo de decir qué tienen que hacer, sino de transmitir bien quién es el cliente, qué quiere y por qué lo quiere. Ese contexto es fundamental para que entiendan bien el proyecto y puedan tomar mejores decisiones. Y durante el desarrollo, hay que estar encima: resolver dudas, anticiparse a problemas y ayudar a encontrar las mejores soluciones, asegurando que todo avanza como debe.
Es un rol muy de nexo, entre el cliente y el equipo, y de acompañamiento, que para mí es entretenido: tienes que comunicar bien, estar pendiente de muchas cosas para saber cuándo intervenir y evitar que un problema pequeño se convierta en algo grande. Ahora bien, también te digo que puede llegar a ser desbordante si no sabes intervenir y delegar bien cuando hace falta.
Cuando te toca hablar con clientes, sean técnicos o no, ¿cuáles son los aspectos clave para construir una relación sólida, entenderos bien y evitar malentendidos?
Como decía antes, la relación de confianza con el cliente es clave. Puedes saber mucho y tener propuestas excelentes para su proyecto, pero si no sabes comunicarlas o no confía en ti, no llegarán a ningún sitio. Con el tiempo te das cuenta de que eso no depende tanto de si el cliente es técnico o no: hay quien confía desde el primer momento y otros que nunca llegan a hacerlo, independientemente de sus conocimientos o perfil.
La confianza es difícil de construir pero muy fácil de romper. No es rápida ni directa; requiere tiempo y cuidado. No me gusta tener que estar demostrando que somos buenos o vendiendo que tenemos experiencia, y como sé que la confianza es un proceso lento, prefiero que sea el tiempo quien ponga todo en su sitio. Aun así, hay actitudes que ayudan mucho a reforzar esa confianza, como el sentido común, la cercanía y la transparencia.
El sentido común te permite entender al cliente, su posición, y empatizar poniéndote en su lugar y queriendo lo mismo que él. Eso hace que te vea como una extensión de su equipo a la hora de tomar decisiones, pero con una capacidad técnica y una experiencia superior para aportar al proyecto. No hace falta demostrarlo desde el primer día; creo que es importante dejar que el cliente lo perciba y lo confirme por sí mismo si el trato y las decisiones van en la dirección correcta.
Y si todo esto va acompañado de cercanía y transparencia —si ve que realmente quieres lo mejor para él y que su éxito también es el tuyo—, la relación empieza a fluir y trabajar juntos se vuelve mucho más fácil.
Además, estas actitudes muchas veces generan un efecto espejo: la otra persona también las adopta, y eso ayuda a construir una confianza mutua muy cómoda, que facilita mucho el día a día.
Has vivido muchas transformaciones en el mundo del desarrollo durante esta década. ¿Qué cambios han tenido más impacto en cómo trabajamos hoy?
Pues sinceramente, no creo que hayamos vivido grandes revoluciones. Es cierto que el mercado y muchas marcas han intentado vender ciertas herramientas o plataformas como transformaciones rompedoras, pero la realidad de nuestro día a día —especialmente trabajando con empresas— ha sido más bien un progreso sostenido. Han ido apareciendo nuevas herramientas, lenguajes o plataformas, pero se han ido integrando de forma progresiva según las necesidades.
Aún hoy en día vemos muchos proyectos grandes que funcionan con tecnologías que podríamos considerar antiguas (como PHP), o que siguen aplicando patrones y filosofías que tienen décadas (como los principios SOLID o el clean code), porque siguen siendo útiles y funcionan.
Quizá destacaría la aparición de la inteligencia artificial como el cambio más relevante de los últimos años. Como recurso para desarrolladores, creo que tiene un impacto más claro en tareas sencillas y bien definidas, especialmente para perfiles más junior. En cambio, los trabajos más complejos, que requieren experiencia, contexto y criterio, siguen siendo muy difíciles de delegar por completo a una IA. Y en nuestro sector, precisamente esos son los trabajos más necesarios y los que aportan más valor.
En cuanto a su uso orientado al usuario final dentro de las empresas, aún estamos en una fase inicial, con muchas expectativas pero pocos casos realmente sólidos y consolidados. Es un campo que seguimos de cerca y en el que estamos explorando activamente, probando aplicaciones que puedan tener sentido y aportar valor real a los clientes.
Adaptarse a los cambios, para mí y en este sector, no significa lanzarse a cada novedad. Hay que estar abierto a probar e innovar, pero con criterio, asumiendo que cada cambio tiene un coste. No se trata de ir dando volantazos, sino de analizar bien cada nueva propuesta, ver si realmente aporta valor y, si es así, incorporarla con sentido.
Al final, creo que es más importante casarte con una buena tecnología y hacerte experto en ella, que ir cambiando constantemente con cada novedad. Como con la pareja, jeje; lo que importa es que funcione, no que sea nueva.
En app2U tenemos una forma de hacer muy propia. ¿Hay alguna práctica interna, valor o filosofía que creas que nos hace diferentes y que influye directamente en la relación con los clientes?
Me siento muy alineado con valores como la proactividad, la calidad, la mejora continua o la proximidad, entre otros. Son cosas que llevo bastante grabadas y que intento transmitir y predicar en el equipo. Y cuando esto ocurre de forma natural dentro, al final también se nota a fuera: el cliente lo percibe y entiende cómo trabajamos.
Siempre he defendido que no estamos aquí sólo por hacer lo que nos piden, sino por ir un paso más allá o un paso por delante de los clientes. Ser proactivo significa entender el problema real que tiene el cliente y atreverse a desmontar su película con una mejor propuesta. Al final, todo el mundo puede hacer lo que alguien te pide, pero pocos pueden mejorarlo. Como decía antes, todo esto acompañado de confianza, es lo que hace que los proyectos funcionen y, con el tiempo, que el cliente valore a quien tiene al lado.
Debo confesar que a menudo cuesta mantener estos valores. Que por sí solos son muy bonitos, pero cuando añades limitaciones de tiempo y de recursos, la cosa se complica y requiere esfuerzo. Y es precisamente en estos momentos cuando debes defenderlos e insistir en ellos, porque me definen a mi y es lo que quiero que se refleje en mi trabajo.
¿Hay momentos en los que tener una figura como la tuya puede evitar problemas o desbloquear situaciones? ¿Cómo lo vives cuando esto ocurre?
Esta figura no es más que la de alguien con experiencia y que la ha cagado más veces que los demás. Y que, cuando lo ha hecho, ha intentado entender por qué ha pasado y se ha protegido para que no volviera a ocurrir. No creo mucho en el “talento innato” o, al menos, pienso que debe ir acompañado de conocimiento y experiencias para poder destacar.
Con el tiempo, esta experiencia sirve sobre todo para anticipar problemas antes de que aparezcan. Y cuando aparecen, algo que es inevitable muchas veces, es necesario normalizarlos. A veces se debe tomar una decisión rápida, pero siempre debe actuar con calma, leyendo bien la situación y pensando. Es cierto que no siempre acertaremos, pero debemos aceptar que a veces tocar asumir algún riesgo y jugártela para seguir aprendiendo. No siempre va a salir perfecto, y es normal.
También creo que es importante hacer partícipe al cliente y, especialmente, al equipo de los problemas. No sólo para que ayuden a resolverlos, sino para que tomen conciencia del porqué de la solución. Esto les da criterio y autonomía, y a la larga, que no todo suceda por mí.
Al final, no se trata sólo de resolver cosas, sino de transferir esta experiencia para que los demás puedan aprender en menos tiempo de lo que me ha costado a mí. Y así, a largo plazo, poder delegar mejor. Incluso aceptar que, a veces, pueden encontrar mejores soluciones que las mías y aprender de ellas.
Si hablaras con alguien que empieza hoy en el sector, ¿qué le dirías para que entendiera mejor lo que realmente importa en ese oficio?
Seguramente podría meterle una buena chapa con mil ejemplos de lo que me he ido encontrando. Y de hecho, en la empresa a menudo lo hago con los compañeros que empiezan, porque compartir estas experiencias reales ayuda mucho más que dar consejos genéricos. Se debe predicar con el ejemplo.
Muchos de los conceptos que han ido saliendo en esta entrevista me parecen esenciales para entender qué implica realmente dedicarse a esto y qué habilidades tendrán que trabajar: proactividad, calidad, comunicación, sentido común, proximidad…
Pero si tuviera que destacar algo, le diría que se acostumbre a convivir con la frustración de encontrarse problemas. Es una sensación que aparece desde el primer día y que no piense que llegará un punto en el que ya no habrá problemas. Tener problemas enfrente no tiene por qué ser una señal que lo esté haciendo mal, los problemas son naturales y aparecerán. «Las piedras en el camino también son parte del camino». Se deben aprovechar estas piedras para mejorar.
Y no es sólo una habilidad técnica que se irá adquiriendo: es una actitud. Esta actitud debe llevarte a querer afrontar los problemas, no evitarlos; a verlos como retos, pero sin dejar que te consuman. Es necesario saber estar tranquilo para pensar con claridad bajo presión y actuar con criterio. Será la actitud quien marcará la diferencia y el tiempo, ya hará el resto.
La trayectoria de Dani nos demuestra que crecer profesionalmente no siempre va de cambiar de empresa o de escalar jerárquicamente, sino de asumir nuevos retos, aportar valor allí donde más se necesita y evolucionar junto al equipo. Su mirada combina experiencia, sentido común y una manera de hacer muy propia que refleja el ADN de app2U: proximidad, criterio y compromiso real con cada proyecto.
Le agradecemos a Dani que haya compartido su experiencia, su tiempo y, sobre todo, una visión tan clara y honesta de lo que implica trabajar en software cuando lo que está en juego no es solo código, sino relaciones, confianza y decisiones bien pensadas.
En talks2U seguiremos conversando con personas que, como Dani, entienden el desarrollo de apps y de software desde dentro y con perspectiva.
¡Nos vemos en la próxima entrevista!